21 octubre 2006

La verdad de la memoria histórica

José Herranz Cerezo murió a la edad de 17 años en el frente de Ochandiano (Vizcaya), el 3 de abril de 1937. Su tumba, y la de otros 455 soldados del bando nacional se encuentra en el cementerio de Pamplona, en un recinto reservado a los Caídos por Dios y por la Patria. El estado del recinto es deplorable. La maleza ha invadido buena parte del mismo y hay zonas que son completamente inaccesibles. Dios no sé, pero es evidente que la patria se ha olvidado de ellos.
Por otro lado, no conozco ningún cementerio en España especialmente dedicado a los caídos del bando republicano. Los nacionales, mal que bien, tienen un lugar para honrar a sus muertos. Los otros, ni eso.

No hace falta una Ley de Recuperación de la Memoria Histórica (ese nombre ya tiene de por sí una intencionalidad política). Si acaso, hace falta una Ley para la Rehabilitación de las Víctimas de la Guerra Civil y de la Represión. (Ojo, no de la represión franquista, sino de la Represión a secas, es decir, de la franquista y de la republicana). A ver si entendemos de una vez que los dos bandos luchaban por España (salvo los que luchaban por Moscú, que también los había), y que la España de hoy en día probablemente les valdría a los luchadores de los dos bandos.
Y a ver si de una vez relegamos la Guerra Civil a la Historia y la sustraemos de la política, que ya está bien.